Me urge la idea de saber cómo era esa especie humana. Se produjo una
deliberación entre ella y yo para saberlo. Cuando estoy en mi reino, me
acompaña y espera de mí todo lo peor, pero yo nací para fallar y hacer la
contra.
Pateé el sol hacia un hoyo negro para poder pensar tranquilo.
Estando ahora en el Infierno, mi amigo el Cancerbero me pregunta qué
quiero y qué voy a hacer en la tierra. Le digo que me esperan mi alma, mi
corazón, mi tiempo, mi inspiración, mi ilusión, mis lágrimas de fuego.
Distintos especímenes humanos los tienen,
y ellos sin saberlo.
Hablé con una persona que nunca vi, pero tenía una identificación
dorada con fuego, y me trató bien, la intranquilidad se apoderó de su cuerpo
provocándole un habla rápida que me hizo
enojar y quise por un momento comer sus manos para no pensar en ella nunca más.
El viejo profesor, casado y baboso, según la enigma, ha provocado en
mí un odio increíble, una rabia tranquila que cubre mis tinieblas al saber que
consume las huellas digitales de mi descarga teñida.
Creí haberla ganado, pero sigo parado entre las cenizas de todas las
putas que murieron en mi reino, por no tener un alma demasiado pesada,
demasiado intelectual como para pagar la condena de haber nacido con un
cigarrillo apagado entre sus sueños.
Ahora hay alguien en el medio que no reconozco, pero sé por mi sangre,
que aunque pasen más de 7 meses, mi espíritu no podrá salir de tu cuerpo, ni de
tu engolosinadamente sucio, podrido recuerdo de haber sido mía y de creerte
entera sin saber que era yo el único ser espiritual que invocaste al no saber
por qué vivía así.
Te diste cuenta tarde de por qué estos estúpidos humanos se cagan los
unos a los otros, pero no importa, de ahora en más, empezaré a herirlos despacio y voy a hacer
sufrir a cada hijo de puta que se crea mejor que yo. Si no se arrodillan a mis
pies, verán el cuerpo de sus madres deambular por sus habitaciones, estarán
escupiendo sus inútiles sueños.
¿Qué piensa el humano cuando gana? ¿Se siente inmortal? Se cree un
Príncipe Inmortal del Infierno Universal. Pero ¿cómo se sentirá al darse vuelta
y contemplar a sus enemigos que no son nada, después de haber perdido sangre,
fuerzas y vida para conseguir un trofeo como él mismo? ¡Qué decepción! Lleno de
momentos inolvidables como la muerte de
su familia atropellada por los tormentos de mi alma, el hurto de su espíritu
negro y esos pedazos de recuerdos amargados por no poder conseguir un alma,
aunque sea de la Pequeña Puta.